LA BASÍLICA, EN SU MAJESTUOSIDAD, REÚNE AL ECUADOR (Quito)
Los brazos abiertos de una estatua del papa Juan Pablo Segundo dan la bienvenida a los visitantes de la Basílica del Voto Nacional, la iglesia gótica más grande del Ecuador. Ubicada entre las calles Carchi y Venezuela, cuenta con dos ingresos y un gran cementerio en su subsuelo. Representa la consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús. Este acto fue realizado por el segundo presidente ecuatoriano, Gabriel García Moreno, a través de un decreto legislativo.
La Basílica fue construida en el barrio San Juan. En 1890 se puso la primera piedra, después de que seis años atrás (1884) el Congreso Nacional aprobara su edificación.
Tiene siete puertas de acceso, tres en la fachada y cuatro laterales. La concepción de los sacerdotes oblatos, en aquella época, era que la iglesia debía ser majestuosa “para recordar que representa el consagrado Corazón de Jesús, que es la justicia social”, explica el padre Ramiro Cristancho
Su diseño, en forma de una cruz gótica, fue realizado por el arquitecto francés Emilio Tarlier desde 1890. La influencia europea se destaca en La Basílica, pues la fachada se parece a la Catedral de Burgos (España) y a la de Notre Dame (Francia). La diferencia está en el color de la piedra.
Es la única iglesia ecuatoriana bendecida por un Papa. Juan Pablo II la visitó y le dio su bendición en 1985, pero la inauguración oficial fue el 12 de julio de 1988. Está abierta de lunes a viernes desde las 09:00 a 17:00 y el fin de semana de 06:00 a 18:30. El costo del ingreso es de USD 1 para turistas nacionales y USD 2 para extranjeros.
Las gárgolas que deberían posarse sobre La Basílica, como otros templos europeos góticos, solo están sobre la capilla del Sagrado Corazón de María. En una de las torres está el cóndor, que simboliza el ave nacional del Ecuador.
Las figuras mitológicas fueron desplazadas en el diseño. En su lugar se incorporaron animales endémicos del país como los armadillos, caimanes, tortugas, monos e iguanas. Ellos, a más de servir como decoración, se utilizan para canalizar el agua de la lluvia. Muchas personas manifiestan que les causa temor esta decoración. “Las estatuas parece que se salen y van a atacar”, confiesa con recelo Luis Cevallos, uno de los moradores que pasea en el parque.
Sobre las paredes están grandes vitrales que representan la vida de la Virgen María y de Jesús. En la parte superior de las fachadas se hallan 24 círculos, en donde se colocarán los escudos de los países de América. El último que fue ubicado es el de Colombia, como gesto de fraternidad con Ecuador.
Hay más espacios por llenar. Algunos son las acróteras que están alrededor de La Basílica. Son lugares que están destinados para las figuras de los santos.
Así como la del Ecuador, se dice que “no hay ninguna basílica terminada. Porque cuando se lo haga, se acaba el mundo”, expresa el padre Cristancho, haciendo mención a una frase popular.
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